lunes, 30 de mayo de 2022

Primer encuentro preparatorio para la presentación clínica en el Centro de salud mental Blanca Añez de Lozada.

 







“Víctima, victimario y más allá…” *

 


Por Alvaro Iriarte

 

De la entrevista clínica.

P. se presenta con el tema del consumo en primer lugar. Luego, por dudas en relación con su género u orientación sexual alega un término asociado al diagnóstico (aparentemente aprendido): “brote psicótico”.

 

En la entrevista realizada por Marcela Almanza puede escucharse que P. realiza una cronología entre el consumo y su orientación sexual, reordenando y algunas veces resignificando los momentos más importantes que la llevaron a estos temas. Identifica a los 5 o 6 años el recuerdo de los globos, cómo lo molestaba su hermano “gemelo”, a los 6 o 7 años las tijeras y los testículos. Todo esto sin que fuera un motivo relevante para su identidad y género, pero sí lo recuerda como algo que podría tener que ver con lo que le sucede.

 

A los 8 años fue su primer acercamiento a la música. También refiere el sentimiento que adviene en relación con haber abusado de sus primas. A los 12 años nuevamente cobra lugar el tema del hermano, la manera en la que se “reprimió” al ver un actor de la serie, también la batería y el “ruido”. A los 14 años probó por primera vez marihuana y luego consumió alcohol hasta los 18 años, volviendo a la marihuana a los 20 años, pero también continuando con el consumo de alcohol, cocaína y LSD.

 

A los 15 años decide por miedo al acoso un cambio de escuela de solo varones a una mixta. A los 18 años junto con el consumo de marihuana empieza a cuestionar su identidad sexual y esto se instala a los 22 años. Es en este transcurso que aparecen los “brotes psicóticos”. Se ve a sí mismo con una mitad derecha femenina y escucha la voz de su conciencia fragmentada: P. la buena y Rebeca, la maligna; quien lo insulta con violencia y reclamos produciendo miedo, tristeza y culpa por ser transgénero.

 

También se presenta la ansiedad que le producía quedar en evidencia sobre su atracción al mismo género ante los amigos de su primo y al resto de personas, lo que lo condujo al consumo de drogas. Identifica el primer “brote psicótico” al imaginarse como abusado por el padre, la bofetada del tío también es imaginada como un abuso. Ubica no haber hecho nada con las primas, pero, aun así, tiene la sensación de haber sido abusado y también culpable.

 

Relata la supuesta represión de los padres al “hipnotizar” y bloquear su lado femenino. Hablar en inglés le quita esa preocupación de no tener género, ya que este idioma no tiene género gramatical a diferencia del español que tiene dos géneros y todos los sustantivos pertenecen a uno de ellos. En inglés, aunque sí que se puede distinguir femenino y masculino, los sustantivos no tienen un género asociado. P. refiere ser energía y al suicidarse siente que se librará de su cuerpo de hombre, lo que también le da placer, un placer de libertad y sentimientos encontrados.

La entrevistadora logra mediante un ordenamiento cronológico y una descripción de la sintomatología sin terminología psicopatológica una introducción al caso general.

 

Del saber médico psiquiátrico.

En psiquiatría comenzamos con los datos generales del paciente, el motivo de consulta y al recabar la información dirigimos al paciente para que relate de forma secuencial lo sucedido desde el inicio de la sintomatología hasta la actualidad. Especificamos los antecedentes familiares, patológicos y no patológicos, realizamos un examen físico, el examen mental y valoramos pedir exámenes complementarios.  

 

Antes del primer episodio psicótico ya vemos en P. desde su niñez ciertos rasgos que nos hacen pensar que él se sostenía mediante la música para no entrar en peleas entre compañeros y así “mantenerse al medio” de las situaciones que le provocaban molestia, ansiedad y sentimientos encontrados que no podía nombrar en ese entonces. Es en el momento que acude a las drogas que se produce un desencadenamiento, una ruptura biográfica de la que no hay marcha atrás: su sexualidad cuestionada. A partir de entonces, estos síntomas en el cuerpo denotan posibles distorsiones en la imagen corporal, al parecer pseudo-alucinaciones, ya que la voz de su consciencia “Rebeca” arremete contra él, ideas delirantes de daño y control bien sistematizadas exacerbadas. Este cuadro psicótico evoluciona descuidando los recursos que le daban estabilidad e incrementa de manera contradictoria para él ya que, si bien en un principio apaciguaba la ansiedad, luego incrementaba la posibilidad de generar episodios psicóticos.

 

Desde lo médico cabe preguntar más detalles acerca del consumo, tratamientos previos y verificar si no hay un deterioro o lesión orgánica.

 

De la escucha y la intervención.

Muy aparte de realizar todo este esquema de atención psiquiátrica que seguro P. la recibe en la institución donde está internada, es interesante dar lugar al mismo tiempo a que el sujeto trascienda, ubicando estos significantes que Marcela Almanza muestra en la presentación clínica y cómo de ésta, se puede obtener un resultado terapéutico mediante la palabra. Remarcar “hay una vida alrededor de lo que comentaste”, así como ubicar la música como forma de viabilizar el “ruido” no dando paso a que se incremente “esto” delirante con los padres y el Otro persecutorio; apunta a este efecto terapéutico.  También se visibiliza como el idioma puede llegar a ser un recurso para apaciguar los síntomas en este paciente. 

 

Desde este enfoque de diálogo entre visiones “terapéuticas” se puede rescatar una complementariedad haciendo de las diferencias una ventaja de transmisión e investigación sobre los temas que en común nos apasionan, no dejar de ser “víctimas, victimarios” y más allá de ello.

* Texto elaborado tomando como referente La niña transexual”. De una Presentación clínica realizada por Marcela Almanza, año 2019. 

 



Comentario del texto: “Enseñanza de la presentación de enfermos”

de Jacques-Alain Miller

 

 Judith Serrano Serrano


Asociada a la NELcf- Santa Cruz de la Sierra

 

“Si hay una enseñanza de la presentación de enfermos es justamente esta: Buscar la certeza”.

Jacques-Alain Miller [1]

Miller hace esta afirmación a partir de la intervención de Lacan en una presentación de enfermos que concluye de la siguiente manera:

“Al final, el médico plantea la pregunta que le dictan la ley y la humanidad: “¿Es peligroso para su mujer?” Yo temo, yo lo creo…”. “No”, responde Lacan, seguro de la estructura, “lo es para sí. Mucho me temo que vuelva a intentar suicidarse”. [2]

En el mismo texto, advierte que la presentación de enfermos va más allá de una exposición de saber, que no se trata de una enseñanza como tal;

 

"Enseñanza, Lacan no profesa ninguna en ese lugar. Lo que se aprende, se capta al vuelo, de la boca de uno o de otro, y nunca se está demasiado seguro de asir algo con la mano, o nada”. [3]

 

Si bien no se trata de una enseñanza como tal, si posee un efecto de transmisión. Esta práctica tiene un efecto de transformación subjetiva en el que participa. Cada quien obtienen su experiencia de la verdad en relación con el saber y el goce, lo que se cristaliza como efectos de formación en transferencia. [4]

 

¿A qué se refiere entonces Miller cuando resume la enseñanza de esta práctica en un solo objetivo, “buscar la certeza”? Lacan se refiere de la siguiente manera: “Tenemos necesidad de la certeza porque solo ella puede transmitirse, pues se demuestra” [5]

La importancia de esta radica justamente en lo que del sujeto dice, Lacan en el seminario sobre la psicosis lo dice así:

 

“Lo que está en juego no es la realidad. El sujeto admite, por todos los rodeos explicativos verbalmente desarrollados que están a su alcance, que esos fenómenos son de un orden distinto a lo real, sabe bien que su realidad no está asegurada, incluso admite hasta cierto punto su irrealidad. Pero, a diferencia del sujeto normal para quien la realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego —desde la alucinación hasta la interpretación— le concierne”. [6]

 

Daniel Millas en su escrito La Certeza en la Clínica Psicoanalítica, hace alusión a las palabras de Lacan en relación a la exigencia que pone en la búsqueda de la certeza como ejercicio fundamental y fin dentro de la práctica del psicoanálisis y  enlaza la certeza con el goce, afirmando que: “Primero es la experiencia de goce que otorga la certeza, luego el esfuerzo de dar testimonio de la misma”, De ahí la importancia de dejarse enseñar por los pacientes, ya que es a partir de sus dichos  donde se podrá localizar el decir de un sujeto. Es en la dialéctica que se evidencia en la entrevista, que quien administra intenta restituirle al enfermo su estatuto de sujeto, invitándolo a que tome la palabra acerca de cómo se las ha arreglado con su goce, con sus respuestas o defensas. El entrevistador consiente por su parte a ser testigo y secretario de los significantes que se ponen en juego durante la entrevista, se encuentra en una “posición sumisa” como la denomina Rosa Lagos. [7]

 

La presentación de enfermos es para Lacan  una práctica heredada de la medicina,  en  la que el saber y el  maestro están en primer lugar, dejando al paciente como objeto de estudio. Es en este sentido que Lacan la toma, pero cambia el enfoque de esta, propiciando el pasaje de una clínica de la mirada a la clínica de la escucha, en la que el que entrevistador se deja enseñar por el paciente, según sus propias palabras, "al precio de una sumisión completa, aun cuando sea advertida, a las posiciones propiamente subjetivas del enfermo"(Lacan),[8]en donde solo es posible encontrar la certeza a condición de no suponerla.

 

 

Referencias bibliográficas

 

[1] Miller, Jacques-Alain. Matemas I. Manantial, Buenos Aires, 2007, p. 167.

[2] Ídem p. 167.

[3] Ibid. p.155.

[4] Lagos, Rosa.  Boletín N° 13 Presentación de Enfermos. Disponible en:

http://www.nel-santiago.org/index.php?file=Boletines/013.html

[5] Lacan, Jacques. Introducción Alemana a los Escritos en Uno por Uno, N° 4, Eolia, Buenos Aires, 1995, p. 13.

[6] Lacan, Jacques. Seminario 3. La Psicosis. Paidós, Buenos Aires, 1986. P. 91.

[7] Millas, Daniel. La Certeza en la Clínica psicoanalítica. Disponible en:

https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:vZ_RD8XzE8MJ:https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/practicas_profesionales/162_hospital_dia/material/docentes/la_certeza_clinica_psicoanalitica.pdf+&cd=20&hl=es&ct=clnk&gl=bo&client=firefox-b-d

[8] Lacan, Jacques., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. En: Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 2009, p. 511.

 

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