Conversaciones Políticas

 








Inconsciente, política y transferencia

Judith Serrano Serrano

 

Lacan en mayo de 1967 pronuncia la frase: “Freud ha escrito ´la anatomía es el destino´, habrá quizás un momento en que se dirá, no digo la política es el inconsciente, simplemente: el inconsciente es la política”. [1]

 

¿Cómo vincular estos dos significantes? Hasta podríamos pensar que son opuestos, tomando en cuenta que la política se mueve a partir de identificaciones y  universalidades, mientras que la ética del psicoanálisis apunta al develamiento o caída de estos. Por su parte, Lacan en esta afirmación está haciendo referencia a una conexión, a una consecuencia, a la interdependencia entre el inconsciente y la política.

 

La política entendida como las relaciones fruto de la convivencia, son lazos y acciones que comparten los sujetos en un todo, pero sin dejar de ser partes, piezas únicas e irrepetibles que al igual que en un rompecabezas las diferencias las mantienen unidas. En este sentido, los sujetos se entrelazan y coexisten a partir de un discurso, a través del cual son hablados y hablantes. Ya que es la palabra la que da origen al Otro, el Otro es la política, en tanto es la imagen de lo social. Pero no olvidemos que el “Otro” no existe, de ahí que, para poder creer en él, es necesario construirlo.

 

Justamente a esto se refiere Lacan con su frase “el inconsciente es la política”, ya que la construcción de este Otro estará determinada por el inconsciente de cada uno,  al igual que  la modalidad de lazo que se establezca con este Otro social, lo cual responde a la modalidad de goce singular y al síntoma de cada uno.

 

Así como la banda de moebius, donde no es posible diferenciar lo que es externo de lo interno. Aquí también se trata de una relación indisoluble, entre el inconsciente y la política, partiendo del aforismo de que, todo lo colectivo es individual y todo lo individual, es colectivo.

 

Dentro de la clínica psicoanalítica  concurren tanto el sujeto del inconsciente como el Otro de la política, del cual el mismo psicoanalista es parte, como es mencionado por Marcela Almanza en ocasión de la IV CONVERSACION CLÍNICA DE LA NEL: PRESENCIA DEL ANALISTA: “… en el Seminario 11 Lacan plantea que la presencia del analista es una manifestación del Inconsciente. Para entender esta afirmación, es necesario articularla a otra en la que sostiene que la trasferencia es la puesta en acto de la realidad del Inconsciente en tanto esta es la realidad sexual[2]. Presencia que podrá ser verificada a partir de los efectos del acto analítico.

 

Es justamente el trabajo en transferencia el que permitirá ubicar esos significantes amos que atraviesan la historia de cada sujeto y al mismo tiempo sirven de brújula para analizar la subjetividad de la época, como fue señalado por Lacan: Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico?” ³

 

La política es atravesada por cada uno y uno a uno, atravesamos por la política, incluyendo nuestra Escuela, que a decir de Angelina Harari, el psicoanálisis se encuentra presente en el campo de lo político gracias a la institución de la Escuela de Lacan, destinada a la formación colectiva a partir de la suma de “soledades subjetivas”.



[1] Conferencia pronunciada en Milán el 12 de mayo de 2002, retomada por Jacques-Alain Miller para su curso “La orientación Lacaniana. Un esfuerzo de poesía”, en París, y publicada bajo el título “Intuiciones milanesas”, en dos partes, en Mental N° 11 y 12.

2 Cuadernos del INES N° 14, “IV Conversación Clínica de la NEL: Presencia del Analista”. Grama Ediciones, Lima, 2019, p. 72.

³ Lacan, J., “Función y campo de la palabra y el lenguaje” en Escritos 1, Siglo Veintiuno Editores, Bs. As., 1988, p. 309.

⁴ Bitácora Lacaniana N° 7. “La Experiencia de Escuela”. Grama Ediciones,  Bs. As., 2018, p.31.

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