Actividades de Biblioteca

      

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Bitacora . Efectos de formación, una experiencia…

Para una Noche de Biblioteca en Santa Cruz.

Laura Arciniegas S.

 

Agradezco en primer lugar esta invitación que acepte con mucho gusto, toda vez que se trata de compartir con ustedes una experiencia. Mas que la presentación teórica de un texto, que ustedes seguramente van a poder degustar tramo a tramo, y cuya presentación se hará proximamente en toda NEL, se trata, de compartir hoy, lo que ha sido mi experiencia de formar parte del Comité Editorial de la Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana, BITACORA LACANIANA desde el 2018, lo que corresponde a la número 8 titulada Formación del analista y la número 9 titulada Contingencia e invención, repensando la experiencia. La número 10 esta en preparación. El comité tiene a su cargo, junto con el director de la publicación y la directora responsable, que es tambien la presidenta de la NEL, de sacar adelante año tras año, este proyecto. El primer Comité editorial, con el que tuve el gusto y la alegría de trabajar estuvo conformado por Susana Dicker, Merdeces Iglesias, Heidi Gehler y Adolfo Ruiz, su director. Marcela Almanza como directora responsable. Ahora, del 2021 al 2023, trabajo junto con otros colegas, Joaquin Carrasco, Giancarla Antezana, Jessica Jara y Gloria Gonzalez, como su actual directora. Raquel Cors, responsable de la misma.

¿Que efectos de enseñanza deja esta experiencia? es la pregunta con la que Liliana Bosia, me hizo gentil y calurosamente la invitación. Experiencia, enseñanzas…

Comenzaré diciendo que la revista recoje el movimiento, la vida misma de la Escuela, así, bajo una política del No-todo, ella da cuenta de los acontecimientos, momentos, hitos, giros, elaboraciones que en estos años, hemos vivido. Los miembros de la NEL, como tambien colegas de otras escuelas, que nos han acompañado en diferentes momentos y espacios, tienen aquí voz.

Saben ustedes lo que es una Bitácora: por un lado, un cajón o un lugar fijo a la cubierta del barco, cercano al timón, en que se pone la brújula, la que sirve de orientación en los viajes. De otra parte, es también el cuaderno de anotaciones donde se registran los datos mas importnates de un proyecto o un trabajo, durante la navegación. Registran el proceso, el viaje, sus rutas, tempestades, ataques, travesias. Leo en nuestra Bitácora algo de ello. Una brújula, una orientación, pero también el registro de un viaje, cada vez, año tras año, con sus rutas, sus tormentas, puertos…Toda una experiencia, en nuestro caso de Escuela.

La Bitacora No. 8 titulada La formación del analista, recogió entre otros, las I enseñanzas del Pase,  realizadas en Bogotá, sin duda un momento crucial de nuestro transitar, donde los testimonios de tres colegas de la NEL, conmovieron a la Escuela, a la NEL a cada uno de los que allí estuvimos. María Cristina Giraldo, Alejandro Reinoso y Raquel Cors. Una conversación sobre Política y Escuela Una que conto con la presencia de Angelina Harari, presidenta de la AMP y Anna Aromi, secretaria del pase de la AMP fueron determinantes.

Así, el pase, en la NEL, a mi modo de ver, vino a zanjar un agujero, en la vida de nuestra Escuela. Es una lectura propia, por supuesto, pero puede leerse, en lo que allí se recoje como letra viva, todo un movimiento. Una interpretación que pudo entonces escucharse, verdaderamente, y que vino de la voz de la presidente de la AMP y de la secretaria del pase, sobre la función del Consejo Federativo y la forma en que funcionabamos, abrieron la posibilidad a otro momento, que llamaré de cambio.

Por supuesto la revista acoge esto, así como el lugar de los diferentes dispositivos de Escuela: el cartel, la política, las conversaciones, el seminario de la NEL con sus tres espacios: Seminario de formacion, de textos políticos y la investigación de la práctica analítica.

Al poco tiempo, nos sorprendió un momento inédito: la pandemia que se tomo al mundo entero, y con ello la contingencia que requirió y requiere de nuestra invención. Pero también ha sido, a mi modo de ver toda una puesta a prueba, de nuestra propia formación. Efectivamente, entramos en un momento de ver, apenas si entendíamos que pasaba. Pero seguíamos trabajando, seguimos encontrándonos, y por la vía de la invención, trabajamos con lo que era posible. Fué asi también con la revista.

El título de este número 9 intenta dar cuenta de ello: CONTINGENCIA E INVENCION, repensando la experiencia. Recuerdo incluso la buena y enseñante discusión que se generó en torno del título mismo que requeriamos. ¿Como darle lugar a la contingencia que viviamos sin ceder ante los significantes amo que se nos imponian e imponen aún en estos momentos?

Se trata primero de darle lugar a la contingencia, que trastoco nuestra vida, nuestra práctica, nuestro trabajo en la Escuela, nuestros encuentros, nuestras jornadas… entendí, que la invención no era posible sin primero consentir a lo que la pandemia nos hacia perder. Para ello la presencia del deseo del analista, ha jugado un lugar central. El lugar y el lazo posible para cada uno. No estaba dado. Teníamos algunas cosas, es cierto, pero hubo que hacer con ello.

Me enseña que no retroceder frente a los embates del momento, de la civilización, se anuda profundamente a la formación del analista. No es sin ella. Seguir orientándonos por los principios del psicoanálisis, aún en la practica por la via virtual, que hemos tenido que llevar a cabo, considerando las particularidades del uno por uno. Dar cuenta de ello, es un asunto central. ¿Que es posible? ¿Y que no?

Me enseña, que sostener el acto, aún en las circunstancias mas disimiles e inverosímiles, es posible, si hacemos presente el deseo que nos anima. Logramos sostener espacios para encontranos y en los cuales hacer circular la palabra, esa que se interrumpio en la línea del tiempo, que nos saco de nuestras rutinas,  pero que a la vez, nos forzó, a intentar, una vez más, pensar sobre lo que hoy nos toca y concierne.

Como analistas hemos hecho una elección, una elección orientada por la ética de las consecuencias, y no por las buenas intensiones. Eso incluye una manera de hacer con las identificaciones, puestas en tensión en la entrada misma del análisis, en tanto se apunta a  reducirlas, deshacerlas -especialmente las mortificantes- y conlleva una manera de arreglárselas un poco  mejor con el propio goce, lo que permitiría, -sea dicho-,  soportar mejor el del otro. Entonces, primero, que haya analista, para que orientado por lo real se enfoque en la política del síntoma.

Estas páginas dan cuenta de ello, letra viva, insisto. Las dificultades, las invenciones, las posibilidades que se cierran y las que se abren. Pero el trabajo no paró. No cedimos a ello. Al contrario, en lo que puedo conversar con colegas, la consulta, los pedidos se han incrementado y muchos encuentros, seminarios, conversaciones, también. Nuevas posibilidaddes se abrieron a la par. Incluso poder estar y participar de espacios de otras Escuelas, en otros continentes se ha hecho posible. Aún así, añoramos, requerimos, del encuentro de los cuerpos.

Política, experiencia de escuela, pase, el seminario de la NEL, con sus aristas, sobre politica, practica, formación, recorren esta edición. No todo, pero sin duda lo más representativo, donde se puede leer como han ido tomando cuerpo los diferentes dispositivos de Escuela al interior de ella. Las voces de colegas de otras escuelas tambien están presentes, pero toma especial relevancia la voz misma de miembros de la NEL. Hacer parte de ese movimiento, con sus dificultades, porque no es sin ello, me alegra, me anima a seguir haciendo parte de esta experiencia, única, que es hacer escuela.

Un nuevo lazo, es la apuesta del discurso analítico, un lazo inédito que surge de haber llevado el análisis hasta su final o lo más lejos posible. Ello abre a nuevas posibilidades, ya sea en la práctica, en la enseñanza, con la Escuela, con la ciudad. Nuevo anudamiento entre interior y exterior, entre formación del psicoanalista y acción y aplicación del psicoanálisis, con cuyo deseo, un analista puede operar.

El trabajo continua, y un Recomenzar, ya está, ya se siente en el nuevo número que empieza a tomar forma. Nuevos estatutos, nueva configuración de la NEL, cambios, movimientos, acontecimientos, que no han dejado de producirse en un mundo y una civilización, que no es la de antes. Aun estamos en tiempos de comprender, lo que esta contingencia ha implicado para el mundo, para la civilización, para nuestra práctica. Pues nuestra acción no es sin la subjetividad de la época. Por ello, como solemos decir, no hay extensión sin intensión. El psicoanálisis, su ética, su bien decir, nos causa, nos anuda y nos invita hoy a hacer una apuesta mayor para hacer un aporte, ante las complejas problemáticas y por supuesto ante el sufrimiento que hoy toma nuevas formas. Bien, los invito a leer, vivamente entre lineas la letra que aquí se escribe, ¡cada vez!.

 



Las publicaciones en la Escuela, entre el acontecimiento y el acto. *

Alejandra Hornos**

 

Lo que acontece…

La propuesta con la que la Liliana Bosia, responsable de la Biblioteca de APEL Santa Cruz, cursó esta invitación, es la de poder transmitir algo de la enseñanza que deja una experiencia: la de integrar durante esta gestión, el directorio de Factor a, Junto a su directora responsable, Raquel Cors, y Gabriela Urriolagoitia, quien es también directora de publicación. Una función que está habitada por primera vez por una dupla, y en la medida que el trabajo avanza, ubico esta novedad como un afortunado acierto. La necesidad de dialectizar la experiencia de la renovación de Factor a, se constituye en un desafío en el que la especificidad de esta publicación: por un lado lo virtual y por otro, ser referente de la Acción Lacaniana, requiere no desbrujularse.

En esta experiencia nos acompañan dos asesoras externas, un Comité Editorial, un Comité de Difusión y corresponsales por cada país. Un Staff pensado bajo los lineamientos de una orientación política que permite construir y sostener un trabajo en transferencia, para propiciar una experiencia de Escuela. El nuevo formato y estructura de la revista, promueve el lazo al interior de nuestra comunidad, así como con los otros discursos circulantes. En lo que va del año hemos trabajado en el rediseño de la revista con sus nuevas secciones, su identidad, su línea editorial y la creación de su marco virtual.

Actualmente, orientadas por: Que todo comience sin ser destruido para ser llevado a un nivel superior”, momento previo a la publicación del próximo número, estamos en una etapa de recuperación de los preciosos y precisos textos, de los cuatro números anteriores de la revista para socializarlos en las redes propias de Factor a.

 

De los tiempos lógicos de publicar

Cuando hace tiempo leí que Jacques-Alain Miller, en su Teoría de Turín, señaló que la vida de una Escuela está para ser interpretada analíticamente y que sabemos de su existencia por sus acontecimientos, señaló allí con precisión, a sus publicaciones como uno de esos acontecimientos. Fue entonces que pude situar con sorpresa, algo de la dimensión política de la publicación. Un acontecimiento, que pudiendo también constituirse en acto, permite ubicar la posición exacta en el proceso de formación y permanencia de una Escuela.

Un recorrido en la historia de las Publicaciones de y en la NEL, aporta elementos valiosos para precisar movimientos subjetivos y sus efectos al interior de la misma.  Este ha sido también un disparador, para empezar a pensar la publicación en el ámbito local más allá de la “publicación en sí”.

Si bien cuando la NEL se creó, Jacques Alain Miller, su presidente, incluyó dentro de los diez comunicados elaborados un cuarto, referido a “las publicaciones electrónicas e impresas”; en los primeros años de la NEL sus publicaciones que alojaron algo del decir del “tempo subjetivo” de la Escuela, fueron virtuales. Fue recién, en el acontecimiento de la celebración de los diez años de la Escuela (2012), que tuvo lugar la publicación impresa de Bitácora Lacaniana. Esta fue una primera vez que tuvo valor de acto, marcando un antes y un después en la creación de un dispositivo de Escuela que, a modo de los cuadernos de bitácora, contiene la producción escrita de sus miembros en enlace con autores de la Escuela Una. María Hortensia Cárdenas —quien dirigió su Comité editorial los primeros años— refirió que este fue un momento de comenzar a pensar más allá de la publicación en sí, se trató de pensar en la arista política que una publicación implica. Fue entonces, que la acción de publicar se orientó por una política editorial en consonancia con la política de la Escuela, pensando la presencia de la NEL en el “país del psicoanálisis”.

Coincidieron en este momento —la primera década de la existencia de la Escuela el primer número impreso de Bitácora lacaniana y el noveno número de The wannabe, quedando esta última en lugar de la revista virtual de la NEL solo por dos ediciones más. Fue recién en el año 2018 que la revista de acción lacaniana de la NEL, se reinscribió alojando lo nuevo de la experiencia con Factor @, revista de referencia de la Acción Lacaniana en la NEL.

Las publicaciones dan a conocer a sus miembros y a quienes se interesan en el psicoanálisis de orientación lacaniana, los efectos de una experiencia de Escuela en tanto recogen la producción de sus integrantes y ofrecen un espacio de resonancia que permite dar cuenta y avanzar en una formación siempre en movimiento. Es a través de sus publicaciones, que una Escuela socializa y transmite el trabajo que realiza en relación a los ejes de formación propuestos por ella, en todos sus ámbitos:  epistémico, clínico y político. Los tiempos lógicos en el publicar, como acontecimiento o como acto, tienen que ver con la subjetivación de la Escuela por parte de quienes la conforman. Publicar se trata de un ritmo propio que da cuenta de los distintos momentos de “la NEL sujeto”. En el marco de una Escuela de psicoanálisis, estamos advertidos del anudamiento escritura-publicación y es esta última, la que recoge lo que se escribe del deseo de Escuela.[i] Los tiempos lógicos de publicar permiten leer la experiencia de Escuela, tanto en lo Uno como en lo múltiple que la habita.

 



 

* Texto presentado en marco de la Biblioteca de APEL SCZ, “Una conversación en torno a dos revistas de la NEL: Bitácora Lacaniana y Factor a”.  3 de noviembre de 2021.

** Alejandra Hornos, analista en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Miembro de la NEL y la AMP.

[i] Glifos, Revista virtual de la NEL ciudad de México #13 - Escrituras del deseo de Escuela – Editorial por Ángel Sanabria


Amor en tiempos del COVID-19” 


El pasado 10 de mayo, María Fátima Escóbar, psicoanalista en formación, -asociada de APEL Santa Cruz- fue invitada por la Biblioteca del Gobernación de esta ciudad a una video conferencia, modalidad que permite en tiempos de cuarenta poder hacer existir los encuentros en la ciudad.

El tema: El amor en tiempos del COVID-19. Para nombrar el encuentro, toma prestado el nombre de una novela de Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, basada en el amor de un hombre por una mujer, un amor que sobrevive a la distancia, al tiempo, a la pandemia del cólera y a otras contingencias. María Fátima introduce, por un lado, que sean los tiempos que sean, el amor está presente inmune a cualquier bacteria o virus y desde otra arista, permite ver el amor articulado a la muerte.


Animada por la pregunta acerca del aporte desde el discurso que nos causa y advertida como psicoanalista de lo que no anda entre los sexos con o sin cuarentena, María Fátima ubica el chiste como uno de los tratamientos para el desencuentro amoroso. Partiendo desde lo que llama el Humor COVID-19 efecto de la vida en cuarentena en las redes, recorre varios aforismos de Lacan que advierten de la no relación sexual, puesto que no existe lo que completa. Hay el síntoma porque no hay relación sexual. Interrogándose e invitando a interrogarse por lo insoportable de la pareja en confinamiento, ubica que eso que no se soporta, remite a lo más propio de cada uno. Lo que no funciona, ya estaba antes de la cuarentana, el cotidiano antes del “quédate en casa” daba lugar a válvulas de escape para soportar lo insoportable.


Poder interrogarse por lo propio en relación al otro, brinda la oportunidad de poder ver más allá y más acá de la cuarentena y ubicar algo de las coordenadas subjetivas que propician el malestar en el lazo con el otro.











REMOLINOS”, en la Biblioteca de APEL Santa Cruz



Teresita Díaz - Fabiana Chirino          NEL Santa Cruz
Como preparación para el próximo Encuentro Americano del Psicoanálisis de la Orientación lacaniana (ENAPOL), la Biblioteca de APEL, se acogió a la propuesta de las Bibliotecas de la NEL: “Remolinos”. A manera de un movimiento rápido y giratorio – como la etimología del significante que nombra la propuesta de trabajo lo indica – en nuestra Biblioteca, movidos por la invitación, se constituyó un cartel express. Este trabajo, permitió a partir del cuento de Giovanna Rivero “Un día imperfecto”, hacer una lectura de la triada Odio, Cólera e indignación desde la articulación Psicoanálisis y Arte.

Irene Sanders  - NEL México


El lunes 8 de julio, en el IV encuentro de Bibliotecas de la NEL, desde Santa Cruz, en la voz de la responsable de Biblioteca, Teresita Díaz y Fabiana Chirino, asociada de APEL; dimos cuenta del trabajo en nuestra ciudad. Teresita y Fabiana pusieron a la conversación sus textos, en un animado encuentro que se transmitió vía webex.


Ana Ricaurte -  NEL Guayaquil




También fueron anfitriones de este encuentro junto a Gladys Martínez - coordinadora de Bibliotecas de la NEL - Ana Ricaurte, responsable de la Biblioteca de NEL Guayaquil e Irene Sanders, responsable de la Biblioteca NEL México. Expresiones artísticas como la escritura, el cine y la caricatura; posibilitaron una vez más, lo que Jacques Lacan señalara: que el artista se adelanta al psicoanalista.




Un día Imperfecto -  Cuento de Giovanna Rivero

Giovanna Rivero, escritora cruceña, autora del cuento "Un día Imprefecto", el cual fue utilizado en el cartel express denominado Remolinos, nos relata en su voz la vida de Marcelino.
Este cartel tuvo la finalidad de instaurar un espacio donde pensar la escritura ligada al psicoanálisis de la orientación lacaniana. Los Productos del Cartel fueron presentados en el ultimo Encuentro de Bibliotecas de la Nel, este 8 de julio del 2019 junto al vídeo a continuación:




Entrevista a la escritora Giovanna Rivero*


Giovanna Rivero, escritora.
En el marco de XX Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra tuvimos la oportunidad de entrevistar a la escritora Giovanna Rivero, cuyo cuento “Un día imperfecto” es el disparador de un cartel en relación a la propuesta de trabajo de la Biblioteca de la NEL: Remolinos - Psicoanálisis y Arte. Una lectura de la triada Odio, Cólera e Indignación.
Aprovechando el paso de la reconocida escritora cruceña tanto a nivel nacional como internacional, quien actualmente reside en Ithaca, New York; la Biblioteca de APEL SCZ, en la voz de Teresita Díaz, tuvo la oportunidad de dialogar con la escritora.
Giovanna, con la buena disposición que la caracteriza, comienza esta entrevista agradeciendo la oportunidad a los amigos de APEL, “… por permitir llegar a otros sectores y otros tipos de lectura, porque es lo que busca el arte, otro tipo de comunicación, con otros lenguajes y sensibilidades. Cuando se producen otros encuentros, todo cobra sentido”, dice animadamente abriendo el diálogo.
- Nos gustaría que nos comente de este libro, que es una colección de cuentos que conocemos como “Sangre Dulce”.
Este libro “Sangre Dulce” fue un tipo de inflexión en mi escritura, por eso lo amo mucho. Un libro que me permite como sanarme, encontrar otras vetas de mis propias búsquedas, me parece un libro importante para una escritora. Antes de Sangre dulce, venía escribiendo textos sobre el cuerpo en su manifestación erótica o más sexualizada. El cuerpo estaba más presente en mi escritura y si bien no abandoné el tema del cuerpo en Sangre Dulce, porque seguía presente, era un cuerpo niño, que afrontaba el cambio a la pubertad, a la transformación. Un cuerpo lleno de promesas, que sufría, porque la infancia era un momento lleno de misterios y mis personajes intuyen que hay algo que los espera, algo a veces hermoso a veces siniestro. Yo quería mostrar esa mezcla en mi cuento, por eso la versión española de Sangre Dulce cuando publiqué el mismo libro con algunas modificaciones, con cuentos nuevos en España, lo tomé como una oportunidad de rebautizar el libro como “Niñas y detectives”. Me interesó más el sujeto de la niña que el varón, la niña como la promesa, pero también como un espacio súper vulnerable; me parecía que mis personajes niñas eran mucho más vulnerables que los personajes niños, por eso yo quería explorar esa característica de los personajes.
-Esto que dices es interesante, por la caracterización que haces del personaje infantil.
En “Un día imperfecto”, decidí no ponerle nombre a la niña para que brillara esa niñez salvaje, sin nombre; donde la identidad, además era una manera de cuidarla a ella de los otros, porque lo primero que nos dan como identidad es un nombre, ¿verdad? Te vas a llamar Juana, nos nombran. Yo quería que la niña, en ese pequeño universo del cuento tuviera lo único posible dentro de tanta precariedad, esa libertad bárbara, como que lo civil le permitiera un pequeño espacio de libertad, mínimo. Por eso no le puse nombre y la dejé más cerca de lo animal en la descripción, quería que sean libres, libres como un animal tal vez.
- ¿Que nos podrías decir del género de tu escritura, y de las pasiones del personaje, que llegan a trazar el destino y el desenlace del cuento?
Hubo un tiempo que me interesó mucho el gótico sureño por ejemplo, de los Estados Unidos de la tradición anglosajona. También el gótico latinoamericano, Horacio Quiroga o Juan Carlos Onetti que es tan fabuloso para llegar al alma del hombre que está en el campo y de la mujer que está en ese ámbito rural. De allí me alimenté con personajes muy rudos, la mayoría varones, con unos códigos de dignidad que tenían poca compasión. Eran tan duros que la compasión aparecía al final del cuento, leí un cuento de Onetti maravilloso, donde es la muerte lo que le permite la compasión al personaje.  Esa lectura me aproximó a entender cómo en ciertos hombres o personajes esa dignidad es como un corsé, muchas veces los lastima y no les permite amar. Ese sentimiento de la auto valía o tener que cuidar esa virilidad, era mayor que la capacidad de amar y ser débil en el amor.
Yo quería crear mi propio personaje, un personaje más cercano a mi mundo idiosincrásico al que conocía de lo rural, a lo que yo conocía de Montero, a los bosques más pequeños y menos frondosos. Quise crear esos modelos que había leído en lo gótico, pero hacer este personaje más cercano a mí para entenderlo mejor. Las pasiones que cruzan a este personaje él no las puede entender por eso es víctima de su pasión que es el amor propio, el que consideramos propio, herido de esposo, de macho. Mostrarlo como no entendiendo en qué consiste su herida, va a reaccionar de la única manera que puede, eliminado eso que lo hirió, sin conversarlo; porque no tiene las herramientas culturales para saber qué le ha pasado.
Trata de una tragedia doméstica, y si bien siempre ocurrió, las noticias en los últimos veinte años la han hecho más visible y a mí esto siempre me ha conmovido. Sin llamarlo exactamente un patrón o recurrencia, pero sí que con cierta frecuencia se ha dado, cuando hay una infidelidad de la mujer en el seno del hogar y ahora también se ve de parte de la mujer; el traicionado, venga esta traición. Sin hablar en la narrativa exclusivamente, vemos casos policiales en los que el hombre en venganza a la traición de lo que considera el pacto indisoluble del amor, cobran con la muerte de los hijos. Se aniquila al hijo, una aniquilación real, absoluta y eterna, de esa persona que provoca la herida a través de la muerte del hijo. Lo leí en muchos casos policiales respecto a los hombres, pero en los últimos años se ha dado también en las mujeres que aniquilan a sus propios hijos, como una especie de tragedia griega tremenda en que se aniquila el producto de lo que fue antes un amor, ahora lastimado. Parecería un intento de borrar toda huella de eso que fue un amor que funcionó y se quebró; para eliminarlo totalmente, para que no quede ningún símbolo, real, vital de lo que fue. Yo pensé en mi propio cuento a modo de hacer mi propia catarsis, porque cuando leo estas noticias me duelen muchísimo, el modo, pensar cuánto sufrimiento habrá, cuánto dolor; entonces trate de exorcizar eso en un cuento.
Tu respuesta invita a pensar  para qué la escritura.
Es una pregunta que no tiene una única respuesta, la escritura en distintas etapas de la vida, la escritura siempre digo es como la vida, es su siamesa, es su espalda o su rostro. Hay épocas en la vida en que se escribe por explorar, porque hay deseo creativo, una pulsión de crear algo con la palabra y hay épocas en que se escribe por dolor solamente, comunicarse con un otro que ya no está. Me pasa ahora, estoy en una escritura sobre mi hermano menor que murió hace un año y medio, una escritura que tiene otra semilla, otra raíz que no nace solo de este gozo creativo, me cuesta pensar de donde nace. Si bien hay un utilitarismo que uno puede exigirle a la escritura, éste se disipa y la escritura se justifica per se. Me gusta pensar que la escritura es la vida y cuanto más imbricada, contaminada esté, es una escritura que más amo, más me apasiona porque es una escritura que me permite respirar y no importa. Quedan un poco de lado los criterios científicos de la literatura que dice esto no es ficción, esto es ficción, esto tiene tal valor literario; si esta escritura te salva como sujeto me parece que ya está. Entonces, hay distintas pulsiones para escribir de acuerdo al momento vital en que estés.

*Transcripción de la entrevista a la escritora Giovanna Rivero, en el marco de la XX Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra, el 02 de junio de 2019. Bolivia.





4to Encuentro de Biblioteca

Participación de Asociadas de APEL SCZ.
Textos presentados:


“Un día imperfecto”[1]
Una posible escritura del odiamoramiento*

Por: Teresita Díaz – Asociada APEL Santa Cruz

A partir de la lectura del cuento de la escritora cruceña Giovanna Rivero, “Un día imperfecto”, surge para mí un primer interrogante acerca de qué enseña la literatura al psicoanálisis. Es Jacques Alain Miller en “Piezas Sueltas” quien me acerca una frase de Jacques Lacan en relación a una posible respuesta, “… el psicoanálisis recibe de la literatura, en el sentido que la literatura brinda algo al psicoanálisis. Esta no es la palabra del santurrón que se humilla ante el artista que siempre nos llevaría la delantera mientras que nosotros, con nuestra tosquedad, solo podríamos intentar alcanzar lo que él por intuición abrió como espacio”.2 Lo que el artista por intuición abre como espacio, marca la vertiente desde la que Lacan nos invita a esta articulación posible entre el arte y el psicoanálisis.  

Fabiana Chirino y Teresita diaz. Psiconalistas, asociadas de APEL SCZ
En esta ocasión tenemos la palabra del artista que sabe de las pasiones y de cómo hacer con ellas en su acto creador y es así que Giovanna Rivero, nos dice en una entrevista que “la escritura (…) es como la vida, es su siamesa, es su espalda o su rostro. Hay épocas en la vida en que se escribe por explorar, porque hay deseo creativo, una pulsión de crear algo con la palabra y hay épocas en que se escribe por dolor solamente”.3 Este decir de la escritora, nos remite a la función de la escritura, y dos dimensiones en su uso, una de un impulso creativo teñido por lo lúdico y otra como una tramitación posible del dolor.  

De la colección de cuentos, “Sangre Dulce”, “Un día imperfecto” nos aproxima en su estilo narrativo a un uso particular de la escritura, con sus artificios, metáforas, metonimias y sobre todo el uso de un desplazamiento y mejor aún, de un aplazamiento del sentido final, o del desciframiento del cierre. Encontramos reiteradas veces al leer el cuento, el efecto de “eso” que la autora bordea sin decirlo, sin revelar de una vez.  ¿No es acaso esto, lo que nos enseña Lacan sobre lo real?   Lo real, o trozo de real, solo podemos bordearlo, sin asirlo. En “El ser y el Uno” Miller dirá de lo real “…que aparece allí, esencialmente en el pensamiento como lo evitado y como aquello que no se encuentra precisamente en el orden”4, cada vez que “eso” se aproxima, aparecen detalles, que sin estar de más y sin alterar la narrativa lógica de la historia hacen borde, detalles que están allí para señalar lo real.
La prosa de la autora convierte la escritura en un torbellino de detalles que giran cada vez a mayor velocidad, al modo de “… los círculos que Marcelino, va dejando en la arena, y que se encaraman en galaxias desordenadas…” continúa escribiendo las formas en que las pasiones producen sus embrollos “como los sentimientos, como la rabia y el amor, y esas ganas de hacer gemir a Carmen”.
Lacan en su seminario veinte, dice que el amor no es sin odio, dos caras de una misma moneda que ubica a modo de un funcionamiento moebiano nombrándolo “odiamoramiento”.  Por la cara del odio, suelen aparecer manifestaciones como la rabia, la venganza, el acto agresivo, violento; por medio del cual itera lo que no logra inscribirse. Lo que repite vela el programa de goce de cada uno en juego, un real no regulado y es ahí donde el amor puede presentarse como pasión, amor no civilizado. En esta vertiente podemos ubicar los numerosos casos de feminicidio muy al orden del día en Bolivia. Así lo anuncia el periódico “EL Espectador” del 17 de junio del presente año5; Horror en Bolivia: en menos de una semana ocho mujeres fueron asesinadas salvajemente.
Rivero, escribe que las pasiones que cruzan a Marcelino, él mismo no las puede entender, siendo víctima de una pasión desatada por el amor propio, herida de esposo, de macho. Desde el psicoanálisis sabemos que la virilidad está articulada al fantasma y es un intento de llenar la falla de la castración fundamental de todo ser hablante, falla que habla de la condición fundamental de desarmonía en las relaciones entre los hombres y las mujeres, lo que Lacan formula con el aforismo “no hay relación sexual”.
La escritura de Rivero, sin decirlo, nos va llevando a la pregunta por la existencia, al dolor de existir. No hay un significante que nombre el ser de un sujeto parlante. Cada uno tendrá su propia forma de decir sobre su existencia y de su deseo como excéntrico a toda satisfacción. Lacan dirá en su semanario Las formaciones del inconsciente, que “…aquello a lo cual confina el deseo, no solo en sus formas desarrolladas, enmascaradas, sino también en sus formas pura y simple, es el dolor de existir.”6. Un ex-sistir que habla de una exterioridad íntima del ser del sujeto, más allá de cualquier contingencia.
La autora en su relato va dando cuenta de las contingencias que contrarían el curso de la existencia singular, de Marcelino:
“… índice y pulgar son los únicos que le quedan. El trapiche se llevó los otros dedos, esa jornada fue perdida, no pudieron hacer la jalea con el jugo de caña porque la sangre lo había teñido […] Anoche cuando el patrón decidió reemplazarlo en la zafra “porque tus dedos no sirven pa agarrar montones” volvió temprano. […]la vida, no juega a favor, ni los minutos que rebotan como dados amaestrados, jamás un seis, un as. Y menos en ese preciso instante…”.
Antes del desenlace del movilizador relato, Rivero escribe de las certezas que “corroen el alma”, certeza que empujan al acto final.
Otras certezas se posan en su cerebro, moscas verdes de ojos fosforescentes, con la mierda de la traición en sus patas.”

Respecto al pasaje al acto  “la bofetada” que Dora da al Sr. K. a la que Lacan alude en el Seminario de “La angustia”, como un momento anterior del pasaje al acto, parafraseando lo contingente de cómo esto hace destino, escribe “…semejante bofetada, es uno de aquellos signos, de aquellos momentos cruciales en el destino, que podemos ver resurgir de generación en generación, con su valor de cambio de agujas en su destino”[i], y que lo que era ya no será más.
Heridas, heridas que se gangrenan y corroen lo poco de carne sana que le queda, por ejemplo, en el pulgar y el índice…”
Lo poco de carne sana que le queda, entre el pulgar y el índice, no alcanza, no abre una hiancia que posibilite que en ese lugar venga todo aquello que pueda significar un objeto que permita mantener el estatuto de sujeto, por ejemplo de macho o viril, el que hace gemir y llorar a Carmen.
En el cuento se borra allí justamente en la última línea, donde se precipita y bascula el ser del sujeto. La autora escribe,
 “… con voz atragantada. Hace presión con el pulgar, para que el índice Aguante el trabajo sobre el gatillo. Y dispara.”





[1]CUENTO: “Un día imperfecto” de Giovanna RiveroDisponible One line: https://www.shortstoryproject.com/es/story/un-dia-imperfecto/







2- J-Alain Miller; Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, “Piezas Sueltas”, pág. 87, Paidós, Bs As 2013. 


4- - J-Alain Miller; Curso de La Orientación Lacaniana, “El ser y el Uno”, curso no publicado del 2011, pag29 

5- Disponible One Line: https://elespectador.com/noticias/

6- Jacques Lacan; El Seminario, “Las formaciones del inconsciente””, Paidós, Bs AS 1999, pág.346. 

7- Jacques Lacan; EL Seminario, La angustia, Paidós, Bs As 2006, pág.129. 

  
*Producto de Cartel Exprés, desde abril a junio de 2019, en el Marco de la propuesta de Bibliotecas: Remolinos, Psicoanálisis y Arte.







Cartel “Psicoanálisis Y Literatura”
“Un día Imperfecto, Pasaje Al Acto Y ESCRITURA” *

Fabiana Chirino O.

El cuento “Un día imperfecto” de Giovana Rivero, narra la historia de Marcelino, un hombre que – tiempo atrás- ha perdido tres dedos de su mano derecha en el trapiche de la hacienda donde trabajaba y que ahora, pierde su trabajo y encuentra a su mujer, dirá la autora, “cabalgando en caballo de otro potrero”. Metáfora que localiza en Carmen - esposa de Marcelino y madre de sus dos hijos- algo del goce femenino, no todo regulado por la ley simbólica.

En el cuento se describe una escena, en la que Marcelino pasa de la abstracción del pensamiento, cuando se encontraba sentado haciendo “círculos en la arena con su dedo índice”, a la decisión y de allí, al acto. “De pronto, el índice huérfano, descolgado de la axila del pulgar, se detiene. No hay indecisión en la mano monstruosa”, escribe Rivero.

Decidido, Marcelino ordena a los dos niños esperar allí, mientras va a buscar el arma que heredó de su padre. “Aquí me esperan –dice Marcelino- incorporándose para ingresar a la choza. Los niños se quedan quietos”. Ubicándose allí en una posición de objeto, desde la cual no hay signo de objeción ni resistencia al goce del Otro. “Él sabe – continua Rivero- que lo que Carmen más ama en el mundo son sus hijos”, localizándolos allí como objeto de deseo de la madre, pero a su vez como objeto al que la pulsión de muerte de Marcelino se dirige.

Afiche de actividad
El final del cuento, no presenta un cierre de sentido, sino por el contrario abre más de una posibilidad para el desenlace de la escena. Queda un agujero de sentido que lleva al lector a “poner de lo suyo” para concluir el relato. Solo se sabe que Marcelino pasa al acto de disparar. “Ustedes saben por qué lo hago –dice Marcelino, con la voz atragantada. Hace presión con el pulgar, para que el índice aguante el trabajo sobre el gatillo. Y dispara”.

Sea que el desenlace termine en un triple homicidio o con un doble homicidio y un suicidio, lo que finalmente se ubica en el centro de todo acto, es la muerte del propio sujeto. Muerte, que está relacionada con la destitución subjetiva, cuando el sujeto sale de la escena, atraviesa el campo del Otro y del lenguaje, para “dejarse caer”.

Lacan, en el Seminario de La Angustia señala que “este dejar caer es el correlato esencial del pasaje al acto”[i]. Dejar caer donde el sujeto “aparece borrado al máximo por la barra” – siendo – “el momento del pasaje al acto el de mayor embarazo del sujeto”[ii]. Se trata de un momento donde la angustia, en tanto afecto que no engaña, se desencadena para cada sujeto a partir de una contingencia, un encuentro con lo real, donde “se revela – para cada cual- algo de lo más singular de su existencia”, que es su modo de gozar[1].
Para Lacan, el pasaje al acto implica el momento en que el sujeto “desde el lugar de la escena en la que como sujeto fundamentalmente historizado, puede únicamente mantenerse en su estatuto de sujeto- se precipita y bascula fuera de la escena”[iii]. Es lo que muestra el cuento, en el momento en que Marcelino cae de la escena del Otro, a partir del despido por parte del patrón y el descubrimiento de la escena de su mujer gozando con otro, que lo precipita fuera de la escena, pero que a su vez revela algo del goce más singular en Marcelino.

Este precipitarse, como señala Miller, es un “acto verdadero” puesto que implica “el suicidio del sujeto”. Muerte o suicidio en la medida en que, a partir del acto, el sujeto ya “no es el mismo antes que después. Es lo que justifica el término de mutación”, algo en su estatuto y en su relación con el significante, muta. Después de disparar, Marcelino no será nunca más el mismo.

En esta lógica, el pasaje al acto implica una transgresión, dice Miller, “es delincuente”, respecto al orden simbólico que atraviesa, “no hay acto verdadero que no comporte un atravesamiento, (…) de un código, de una ley, de un conjunto simbólico”[iv]. Por otro lado, el pasaje al acto también pone en juego la pulsión de muerte, que como lo recuerda Miller, es un concepto “homologado, ante todo, a la pulsión de muerte”[v] que para Lacan, va más allá de lo simbólico y constituye la dimensión del goce.

De allí que, todo acto verdadero – señala Miller- “apunta al corazón del ser: el goce”.  Condición de goce del sujeto que, a su vez prescinde del Otro, pues en el pasaje al acto, el sujeto abandona “los equívocos del pensamiento, de la palabra y del lenguaje, se sustrae a los equívocos de la palabra, así como a toda dialéctica del reconocimiento”. El pasaje al acto ya no se dirige al Otro, no busca ni su reconocimiento ni su interpretación. Como localiza Miller, se constituye en un “¡no! Un no proferido al Otro”.

Este será el punto que distinga radicalmente el pasaje al acto del acting out, que por el contrario se desarrolla en una escena constituida por la palabra y donde, el sujeto “necesita del Otro, necesita del espectador”[vi]. En “Un día imperfecto”, Marcelino muestra que se trata de una decisión que ya no apunta al Otro, que no busca reinscribir en el campo del Otro ninguna demanda, ninguna reivindicación, ningún mensaje.  No se trata de indignación ni de la búsqueda de restitución de la dignidad del sujeto, sino de un acto solitario y mudo.

En este contexto, ¿qué se puede decir del acto y de la escritura? La escritura es también un acto, un intento de inscribir a través del significante algo de lo real insoportable. Toda escritura bordea lo real, sin poder aprehenderlo del todo; donde los significantes enlazados transportan una significación que bordea lo imposible de decir, del desencuentro amoroso, la pasión, la angustia y la muerte.

La escritura es una manera de inscribir algo del orden de lo traumático, como muestran desde la antigüedad las tragedias, que “cuentan el modo en que el sujeto es traumatizado por las palabras”[vii].

Al respecto podemos retomar la lectura del Miquel Bassols sobre el texto de Lacan de Lituratierra, donde hace una distinción entre la letra y el significante “la letra de entrada, no se dirige al Otro”, enfatizando que “la letra está en lo real – mientras que- el significante está en lo simbólico”[viii], a nivel de la letra se produce un abarrancamiento, como un efecto de surco, una huella, una inscripción o escritura, mientras que a nivel del significante se produce un efecto de chorreamiento de sentido o significación de los significantes sobre el sujeto. El acto de escribir se ubicaría en la doble vertiente de la significación del lado de la articulación significante, pero además como inscripción de algo de lo real y que más allá del sentido, que es siempre fugado, transporta algo del goce singular.

Siguiendo a Jacques Alain Miller, existe una distinción entre una literatura del fantasma y otra literatura del sinthome[ix], la primera refiere a una escritura que conduce al Edipo y al sentido, que estaría de lado del significante y significación, mientras que la escritura del sinthome implica un modo de hacer con el goce Uno, es el efecto de la letra de goce como escritura. Es desde esta perspectiva, que la escritura tendrá distintos estatutos para cada sujeto, por ejemplo, para un sujeto psicótico “puede ser una invención, un tratamiento para vaciar el goce y al mismo tiempo fijarlo en una letra, como para otro escritor puede ser una manera de hacer con la angustia, de “alejar lo malo”, “reparar la herida fundamental, la desgarradura”, “exorcizar, conjurar y reparar” [x], dando cuenta de un goce singular implicado en su escritura y en el objeto de su obra.

Toda escritura implica algo del goce de quien escribe, pero no todos los sujetos pueden escribir su goce. La escritura se producirá como efecto contingente de un encuentro afortunado, donde algo se hace letra, inscribiendo un surco, una marca, siempre alrededor de un vacío.


Notas





[i] Lacan, Jacques (2006). Seminario 10 Las Angustia. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Pág 128
[ii] Lacan, Jacques (2006). Seminario 10 Las Angustia. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Pág 128
[iii] Lacan, Jacques (2006). Seminario 10 Las Angustia. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Pág 128
[iv] Miller, Jacques Alain (2012) Jacques Lacan: observaciones sobre su concepto de pasaje al acto. Blog de la Nel Medellín. Disponible en: http://nel-medellin.org/miller-jacques-alain-jacques-lacan-observaciones-sobre-su-concepto-de-pasaje-al-acto/
[v] Miller, Jacques Alain (2012) Jacques Lacan: observaciones sobre su concepto de pasaje al acto. Blog de la Nel Medellín. Disponible en: http://nel-medellin.org/miller-jacques-alain-jacques-lacan-observaciones-sobre-su-concepto-de-pasaje-al-acto/
[vi] Miller, Jacques Alain (2012) Jacques Lacan: observaciones sobre su concepto de pasaje al acto. Blog de la Nel Medellín. Disponible en: http://nel-medellin.org/miller-jacques-alain-jacques-lacan-observaciones-sobre-su-concepto-de-pasaje-al-acto/
[vii] Moraga, Patricia (2019) “¿Es el psicoanálisis un modo (entre otros) de narrar?”. AMP Blog. Disponible en: http://uqbarwapol.com/es-el-psicoanalisis-un-modo-entre-otros-de-narrar-patricia-moraga-espanol/ 
[viii] Bassols, Miquel (2014). Lituratierra, en Cuadernos del INES N° 9. Lima, Perú: Centro de Investigaciones y docencia en Psicoanálisis de Lima. Pág 139
[ix] Miller, Jacques Alain. (1977) Analytica, Ornicar? N 4. Paris, pág 16-18.
 [x] Moraga, Patricia (2019) “¿Es el psicoanálisis un modo (entre otros) de narrar?”. AMP Blog. Disponible en: http://uqbarwapol.com/es-el-psicoanalisis-un-modo-entre-otros-de-narrar-patricia-moraga-espanol/ 


*Producto de Cartel Exprés, desde abril a junio de 2019, en el Marco de la propuesta de Bibliotecas: Remolinos, Psicoanálisis y Arte.








Entrevista al psicoanalista y escritor 

Gustavo Dessal





Gustavo Dessal, psicoanalista. miembro
de la EOL y AMP.
En relación a la propuesta de trabajo de la Biblioteca de la NEL hacia el IX ENAPOL: Remolinos - Psicoanálisis y Arte; la comisión de la Biblioteca de APEL SCZ en la voz de Raúl Arancibia, tuvo la oportunidad de conversar con el reconocido analista Gustavo Dessal, en relación a la triada Odio, Cólera e Indignación. Es en el marco de la XX Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra, en la que Gustavo presentó su libro El caso Anne, que cobró espacio esta entrevista.

Teniendo en cuenta que los artistas pueden enseñarnos a partir de su obra, la manera en que abordan el odio, la cólera y la indignación; una cita de Lacan nos orienta en el trabajo que vamos haciendo: al revés de lo que se cree, no tenemos que vérnosla con el inconsciente del poeta. Sin duda este inconsciente testimonia su presencia mediante ciertas huellas en la obra que no son deliberadas (), pero nuestro interés principal no se dirige allí.”[i] Nos gustaría saber su opinión sobre las posibles lecturas del arte desde el psicoanálisis.




La postura de Lacan no es la de Freud. Esu estudio sobre la Gradiva que Freud dice que el psicoanálisis se interesa precisamente por el inconsciente de los poetas. Se trata de lo que él denomina psicoanálisis aplicado “, en ese caso al arte, lutilización del método analítico para alcanzar algo de lo psico -biográfico del artista, del poeta, del pintor. Lo vemos, por ejemplo, en la manera en que Freud aborda el Moisés de Miguel Ángel.
Lo que Lacan dice en esa cita es que su postura, en ese sentido, es contraria a la de Freud. Efectivamente, a Lacan no le interesa el inconsciente de los poetas, no le interesa hacer una lectura psico-biográfica del arte; es decir, tratar de entender hasta qué punto en una representación artística, cualquiera sea, encontramos la huella del inconsciente del autor y poder descifrarla. Lacan no duda de que eso obviamente está, pero lo que él considera es que no es función del psicoanálisis, ni del psicoanalista, dar cuenta de la impronta del inconsciente del autor en su obra.
En el comentario que él hace, en el prólogo que escribe a una exposición sobre Marguerite Duras, Lacan hace una alusión a que efectivamente hay algo de la autora que se puede percibir, pero que no quiere entrar en eso y añade que es mejor que ella ni siquiera sospeche cuál es la relación que existe entre lo que escribe y su inconsciente, es mejor que no llegue a saberlo. En eso hay una posición muy distinta a la de Freud y me siento personalmente mucho más identificado con la posición de Lacan. Creo que no tiene sentido alguno, ni interés alguno para el psicoanálisis, saber qué conexión existe entre una obra, por ejemplo literaria, y su autor.
Hace ya once años que en Madrid, con un colega llamado Miguel Ángel Alonso, sostenemos una tertulia literaria una vez al mes. Nos dedicamos a hacer una lectura de alguna obra literaria con un público que participa activamente, que llega con el libro leído, donde tratamos de utilizar alguno de los instrumentos del psicoanálisis para hacer una lectura de la obra literaria, pero no interesándonos en la relación que hay entre la obra y la biografía, lo autobiográfico o lo psico biográfico, o el inconsciente del autor; nos interesa la dinámica misma. Por ejemplo, nos interesa hacerlo y por supuesto salvando las distancias, según el modelo que Lacan introduce cuando hace la lectura de Hamlet. Hay algunas pequeñas pinceladas simpáticas que aluden al personaje de Shakespeare, al autor real llamado William Shakespeare, pero en realidad la lectura que hace Lacan es tratar de dar una interpretación, siguiendo la coherencia interna de la obra, completamente desprendida de la relación que la obra tenga con su autor. Ni siquiera Lacan se interesa por lo que supuestamente nos ha querido decir Shakespeare con esa obra, quién puede saber eso, quién puede reconstruir lo que Shakespeare nos quiso decir en esta o cualquiera de sus obras, ni el propio autor lo sabe. Un escritor puede tener una intención de querer decir algo, pero como todo decir, después, retroactivamente, puede terminar diciendo algo que no estaba en la intención inicial.

Qué podrías decirnos respecto a las pasiones del odio, la cólera y la indignación y un posible tratamiento de estas pasiones desde el psicoanálisis.

La indignación es un añadido que no está exactamente dentro de las tres pasiones de las que habla Lacan: el amor, el odio y la ignorancia. La indignación es una posible respuesta al Otro, hay indignación ante la injusticia, la hay ante la vulnerabilidad, ante el sentimiento de despojamiento. Las tres grandes pasiones del yo, el amor, el odio y la ignorancia, recorren la historia de la humanidad. No hay expresión artística que no trabaje con esas tres pasiones; finalmente, son la materia prima con la que el psicoanálisis tiene que confrontarse en su práctica cotidiana.
Hay un tratamiento muy particular de las pasiones desde el psicoanálisis, éste tiene una interpretación respecto a lo que es el amor, también de lo que es el odio. Tendemos a pensar que el odio es algo que asociamos necesariamente con lo negativo y si bien hay una dimensión negativa del odio, una dimensión mórbida del odio, tambiétiene una dimensión lúcida. Esto es algo que Lacan rescata cuando, por ejemplo, reconoce en el seminario XX la magistral lectura que han hecho de su escrito “La instancia de la letra” dos jóvenes filósofos llamados Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy, en un libro que se llamó “El título de la letra. Ellos hacen una pormenorizada lectura del escrito de la Instancia de la letra y Lacan dice que ninguno de los discípulos que lo aman, han hecho una lectura tan magistral como la de estos dos jóvenes que lo odian. Algunas veces el odio puede brindarnos una distancia y una lucidez, que aguza nuestros sentidos; insisto, no hay que fascinarse con esta frase de Lacan y pensar que el odio nos va a conducir necesariamente a algo bueno, pero sí que puede suceder en ciertos casosPorque sabemos que el odio puede producir también, la más de las veces, una mirada que se vuelve equivalente de la ignorancia.
*Transcripción de la entrevista oral a Gustavo Dessal, Analista Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis – Escritor; en el marco de la XX Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra, el 02 de junio de 2019. Bolivia.



[i] Jacques Lacan, El Seminario, Libro 6 “El deseo y su interpretación” (1958-1959). Ed. Paidós, Bs.As., 2014.  P.303.



3er Encuentro de Biblioteca

En esta ocasión se explora la fotografía y arte plástico en relación al argumento del Enapol.






Presentación del Libro "Caso Anne" de Gustavo Dessal.
En el marco de la XX Feria Internacional del Libro.



El 1 de junio, se realizó la presentación del libro de Gustavo Dessal “El caso Anne”. Claudia Bowles, destacada crítica literaria de nuestra ciudad, acompaño esta presentación partiendo de lo que Ricardo Piglia ubica en relación a la articulación Psicoanálisis y Literatura; lo que nos convoca a todos como “Sujetos trágicos”. Ubica que hay un lugar en donde todos somos sujetos extraordinarios, con deseos extraordinarios, luchadores contra tensiones y dramas profundos como los personajes de la novela de Gustavo Dessal. Anne personifica el sufrimiento y el Dr. Palmer, desde el hacer del analista, nos tramite de forma clara y sensible, la forma en que construyen sus soluciones singulares por ser “supervivientes”. Las pasiones no dejan de estar presentes y tejidas en cada uno de forma singular. No deja de deslizarse en el relato cierto humor, transmitiendo que la vida amerita el ser vivida.




Teresita Díaz, responsable de Biblioteca APEL moderó la actividad invitando al público asistente a conversar con el autor. Un diálogo afable que significó otro lazo del psicoanálisis en la ciudad con la presencia de un psicoanalista y escritor en la XX Feria del libro de Santa Cruz de la Sierra.





Efecto del lazo entre literatura y psicoanálisis, el día sábado, nuestro invitado, fue convocado a un diálogo entre escritores en la mesa de narrativa: “Lenguajes Híbridos”, en la que escritores que también tienen otros quehaceres conversaron animadamente, entre otros temas, de los primeros contactos personales como obras o productos híbridos que marcaron un momento de reflexión de la forma de contar historias de una forma no convencional y quizás "inesperada" en sus vidas.












Evelyn Shejman, Alejandra Hornos, Claudia Bowles, Maggie Jauregui, Fatima Escobar, Gustavo Dessal, Fabiana Chirino, Liliana Bosia, Teresita Diaz, Raul Arancibia, Judith Serrano y Samantha Rojas. De izquierda a derecha.




Presentación de Bitácora Lacaniana "¿Qué madres hoy?".






2do Encuentro de Bibliotecas: "Psicoanálisis y Arte. Una lectura de la triada. Odio, cólera e indignación." 
Participación vía WebEx



1er Encuentro de Bibliotecas: "Psicoanálisis y Arte. Una lectura de la triada. Odio, cólera e indignación." 
Participación vía WebEx




Presentación de la nueva Bitácora Lacaniana "La experiencia de Escuela"






































CONVOCATORIA PARA CARTEL






APEL Santa Cruz presentó el día 16 de abril del corriente año, el segundo número de la revista de la Nueva Escuela Lacaniana. 
Esta revista es el registro de los psicoanalistas de la Nel y de la  Asociación Mundial de Psicoanálisis. Es una vía que guarda el trabajo escrito de un colectivo que desarrollan su práctica en 16 ciudades del continente americano, desde Bolivia a Miami.

La presentación se realizó en el marco de la Fundación Simón y Patiño, Institución que nos aloja en una transferencia de trabajo constante y sostenida. Claudia Bowles, reconocida crítica literaria de nuestro país, nos honró con la presentación de este número de Bitácora Lacaniana, en un diálogo con Liliana Bosia, analista miembro de la Nel y la AMP,



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