sábado, 7 de marzo de 2020

Productos de Cartel en APEL-SCZ presentados en el espacio Psicoanálisis y Ciudad 2018



Con motivo del tema a tratar en el espacio de "Psicoanálisis y Ciudad " en la Fundación Simón I. Patiño durante el mes de julio 2018, compartimos los artículos que serán el eje de trabajo en nuestras conversaciones de los días miércoles. Estos textos son producto del trabajo de Cartel realizado por algunas psicoanalistas miembros de APEL durante el anterior año. Cartel cuyo más uno fue la psicoanalista Mónica Pelliza, miembro de la Nel Cochabamba.

"La Familia Hoy: del deseo al goce" Maggie Jáuregui
"Del deseo no anónimo y sus efectos en la constitución subjetiva del niño, hoy" Fabiana Chirino
"La familia cuestionada" Teresita Díaz


La familia hoy: del deseo al goce



Maggie Jáuregui O.

Referirse al contexto contemporáneo de las familias es de interés para el psicoanálisis en la medida que las características de los discursos de las diferentes épocas inciden en las condiciones de deseo y goce del sujeto.  No es ajeno para la clínica psicoanalítica el acontecer de la ciencia actual que, junto con los cambios en el orden socio-económico, sostienen un discurso que marca a los sujetos contemporáneos.

La articulación entre la familia y lo social está señalada desde la época en que Freud plantea las consecuencias psíquicas de lo que un niño vive en los primeros años de su vida en la familia, y lo formaliza dándole el nombre de Complejo de Edipo. En lecturas como “La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna”, “El malestar en la Cultura” y “Psicología de las masas y análisis del yo” da cuenta de un enlace entre el sujeto y el Otro de la cultura por la vía de la identificación al padre. En Psicología de las masas describe las formas de lazo al Otro que tienen su origen en la forma de hacer lazo en la familia, sobre todo con la figura del padre que, desde la perspectiva edípica pasa de ser enemigo y rival del niño a ser objeto de identificación. Como correlato del padre, está la institución, el Otro social. Del mismo modo, relaciona la causa de la nerviosidad moderna con las formas de autoridad que ejerce el padre en la regulación de la vida pulsional sexual de los sujetos, dando cuenta en “La moral sexual cultural...” que la neurosis es la salida al conflicto entre el deber impuesto por el padre en el núcleo familiar y el deseo que impele satisfacción en el sujeto. En “El malestar de la cultura” plantea las exigencias a que es expuesto el sujeto para domeñar sus tendencias pulsionales para vivir en sociedad.

Las instituciones así como la familia cumplen la función de refrenar el goce, lugar donde los niños pueden aprender a hacer con la pulsión, como sostiene Anna Aromí “la idea es que la familia es el marco temporal durante el cual unos adultos se prestan para que los niños experimenten con el goce en un escenario protegido. Protegido sobre todo de las consecuencias de ese goce” (Aromí, A. 2014), por lo que se espera la familia cumpla la función de residuo, regula el goce pero no hay un saber sobre ese goce.

Eric Laurent, sosteniendo que “este término de “residuo” que parece comprensible, es de hecho muy enigmático” (2010a pg. 150) remite a entenderlo desde el seminario de Lacan De un Otro al otro, donde plantea que la diferencia entre perversión y neurosis es que para el perverso es necesario que haya una mujer no castrada, en cambio en la neurosis hace falta que haya un drama familiar, de tal modo que “el perverso tendrá la mujer fálica y el neurótico la familia, con el objeto a desprendido, residuo” (Laurent, E. 2010a pg. 150).

Desde esta perspectiva, de la madre se espera que sea “el vector de la encarnación del fracaso del cuidado, y el padre, vector de la Ley en el deseo del Otro” parafrasea Eric Laurent (2010a pg.151) respecto al planteo que hace Lacan en “Dos notas sobre el niño”. Dando a entender que la madre debe tener faltas en el cuidado del hijo, no ser una madre toda, es una particularidad, no una madre universal. Así también, el padre implica una función de prohibición habilitadora, es decir, que la autoridad se funda sobre lo autorizado ante lo prohibido, el “no” de la prohibición sobre el fondo de un “sí”, referido al deseo. La base que permite conjugar la ley y la prohibición es que este hombre sea portador de un deseo hacia la mujer, y ésta a su vez, no toda madre, sino también mujer deseante. En esta conformación “edípica clásica”, como sostiene E. Laurent, es el padre quien responde al deseo de la madre, interviniendo para producir la significación fálica, mediante el operador Nombre del Padre que permite la inscripción en la cultura. Se distingue que el padre residuo no es el padre de familia, ya que el operador Nombre del Padre puede ser sostenido por otros personajes, incluso las mujeres “pueden también transmitir del Nombre-del-Padre” (Laurent, 2010a pg.154).

Desde esta forma edípica de acontecer la subjetividad entre padres e hijos, el deseo que circula es lo que queda del objeto a desprendido, es la parte o porción que queda de un todo, donde el objeto es inalcanzable, de ahí la función de residuo que tiene la familia, conformada alrededor de la falta, la castración. Al respecto, Eric Laurent sostiene que “el abordaje freudiano clásico, sitúa al niño como ideal del yo, el ideal de la pareja” (Laurent, 2010a pg.154) siendo que la familia se constituye a partir del niño, “su majestad el bebé” decía Freud.

Cuando ese objeto inalcanzable, causa de deseo, hace un ascenso al cenit social, dando cuenta de un pasaje más allá de los límites, de lo sin medida, “de la innovación frenética” que plantea Miller en Comandatuba (2004) es que ya no es el deseo, sino el goce lo que toma acento, el imperativo a gozar de la época actual. Esto opera sobre la familia como lo hace en otros sectores de la cultura, surgiendo nuevas formas de lazos familiares, que por lo frenético de los cambios, suelen ser más frágiles.

El niño, “objeto a liberado” sostiene Eric Laurent para referirse al efecto en la familia actual, retomando el Seminario 16 y relacionándolo con “Dos notas sobre el niño”. Sustenta que el niño ya no es tomado en un ideal, “sino en el goce, el suyo y el de sus padres – dice Laurent - el niño es el objeto ava al lugar de un objeto a, y es a partir de allí que se estructura la familia. La misma no se constituye más a partir de la metáfora paterna, que era la cara clásica del complejo de Edipo, sino enteramente en la manera en que el niño es el objeto de goce de la familia, no solamente de la madre, sino de la familia y más allá, de la civilización” (Laurent 2010a pg. 152).

Por lo tanto, en la actualidad, “nuestra brújula es el objeto a en tanto que anuda el goce y la culpa de existir” sostiene Eric Laurent para dar cuenta de que en la clínica hay que atender configuraciones familiares en que no prima el goce regulado por la metáfora paterna, sino más bien es el goce que circula más allá de la relación del niño con la madre. El niño es tomado como objeto de goce también del padre, quedando relegado el deseo por el goce. Entonces, el objeto a liberado, ubicado en el cenit de lo social, atraviesa también a las configuraciones familiares.

Referencias:
Aromí, Anna (2014) ¿Qué es una familia? Conferencia en Universidad del Claustro de Sor Juana, México DF. Obtenible en: http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html
Lacan, Jacques (2012) “Dos notas sobre el niño” en “Otros escritos”. Ed. Paidós. Bs. As.
Laurent, Eric (2010a) “Las nuevas inscripciones del sufrimiento del niño” en “El goce sin rostro”. Ed. Tres haches. Bs. As.
Laurent, Eric (2010b) Conferencia “El niño como real del delirio familiar” VII Jornadas de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, -ELP. París. En Psicoanálisis con niños 3. Buenos Aires. Ed. Grama
Miller, Jacques Alain (2004) Conferencia en Comandatuba IV Congreso de la AMP. Comandatuba - Bahia. Brasil. Obtenible en: http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html




“Del deseo no anónimo y sus efectos en la constitución subjetiva de los niños, hoy”


Fabiana Chirino O.


Del Deseo no anónimo

En Nota sobre el Niño, Lacan describe la función de la familia como la de sostener y mantener lo irreductible de una transmisión que es de otro orden, distinto al de la satisfacción de la necesidad. Es decir, la familia no tiene la función únicamente de satisfacer las necesidades del viviente, sino que fundamentalmente transmitir otra cosa: un deseo que no sea anónimo.

Desde esta perspectiva, la función de la madre es la de transmitir un deseo que sostenga a un hijo, donde sus cuidados no sean únicamente los del deber, sino que transporten un deseo particularizado, inclusive si eso implica revelar su propia carencia. Mientras que el padre encarna la función de la ley, en tanto su nombre es un vector de una encarnación de la ley en el deseo. Se trata de una función doble, donde por un lado se transmite una regulación – prohibición y por otro, vincula un deseo.

En este sentido, el niño responde a lo que hay de sintomático en la estructura familiar, vela y revela lo que en la pareja conyugal no funciona, respondiendo a ello con el síntoma. “El síntoma del niño se encuentra en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar [i]. De modo que el síntoma en el niño, se define como representante de la verdad de la pareja conyugal, lo que a pesar de ser una condición compleja, dirá Lacan, le permite estar más abierto a las intervenciones analíticas.

En cuanto al deseo de la madre, se constituye en un elemento esencial de la constitución subjetiva del niño, pues tendrá que habilitar la entrada del viviente al proceso de alienación y separación, donde se produce no solo la pérdida del objeto a, sino además el ingreso a la dinámica de la demanda y del deseo. El deseo de la madre, se caracteriza por ser la respuesta a la demanda del niño, de modo que ésta no se agote en el desespero o en la desesperanza.

Juan Fernando Pérez, señala que más allá de la interpretación biologisista de la condición materna, el deseo materno está determinado por las condiciones subjetivas de una mujer que consiente ser madre, y que más allá de la condición biológica de procrear, es capaz de adoptar a un hijo en su deseo. De allí que como señala Lacan, finalmente, todos somos adoptados [ii]. Condición necesaria de todo ser humano para constituirse como sujeto, “somos todos hijos adoptados de un deseo que nos hizo vivir [iii].En cuanto al padre, éste es descrito por Lacan como una función, un nombre que se constituye en el vector de una encarnación de la ley en el deseo; una función no solo de prohibición, sino también de orientación respecto al goce y al deseo. Eric Laurent en su texto “El niño como real del delirio familiar”, plantea que ser un padre es ser uno de los modelos de realización de la función paternal, donde “los padres, uno por uno, son las versiones de goce de esta función” [iv]. Es por ello que se trata menos del nombre – semblante que de la función de objeto a, causa de deseo, siendo un padre, una versión de goce.
Sabina Serniotti, distinguirá las tres dimensiones del padre: como nombre, como imagen, y el padre real.  a) Como nombre, el padre es instaurado por la madre, ya que será ella quien inscribe un lugar en el orden simbólico. “La madre, instaura un lugar en posición tercera entre ella y el hijo” [v], ese será el lugar del padre. b)  Como imagen, será el padre que construye el hijo, la versión de padre que el sujeto sostiene en su novela familiar, bueno o malo, dador o privador, etc. c) Mientras que el padre real, es el hombre para una mujer, es decir “es el hombre que ha hecho de una mujer, la causa de su deseo y el objeto de su goce [vi]

Para Eric Laurent, la función paterna remite a “un padre que transmite la ley, que enseña cómo vivir con ella, se trata de una ley viva, humanizada, con la que se puede convivir, pero también es ese padre que muestra el camino para llegar al propio deseo y en ese sentido tiene un valor de instrumento[vii]. La noción del padre como instrumento, conduce a su función y utilidad, que para Jacques Alain Miller es la de abrochar el Goce y el Otro, que sin embargo puede no siembre abrochar a un sujeto.

Esta función de broche, permite comprender una serie de fenómenos presentes en la clínica actual, donde los sujetos llegan “abrochados”, por elementos distintos al padre. “Hay estructuras clínicas, tipos de síntomas que se deducen de la posición del padre, como la neurosis, las perversiones y la psicosis, pero también, es necesario investigar modos de la clínica en el cual el broche está producido por un elemento que no es el padre” [viii]Por lo tanto, en la clínica con niños será necesario ubicar qué es lo que funciona como broche para cada sujeto.

Lo que transmite una familia

Jacques Alain Miller en su texto “El Revés de una Familia” plantea que a pesar de las variaciones formales de la conformación de una familia, la familia conyugal permanece dominante ya que “tiene una función de residuo en la evolución de las sociedades, y que ella se mantendrá precisamente porque se encuentra en el estado de residuo, en el estado de pequeño objeto a” [ix]. La familia conyugal persiste por el carácter irreductible de la transmisión que ella viabiliza, que no es la de un saber, sino - dirá Miller- “una transmisión constituyente para el sujeto. Esto supone su relación a un deseo que no sea anónimo” [x].

Es por ello, que se puede afirmar que la función de la familia es del orden de lo que no cesa de escribirse, más allá de quien encarne estas funciones, lo que interesa es que el deseo tenga una posibilidad. No hay otra estructura que transmita el deseo no anónimo, a excepción de la familia. Miller plantea “es necesario que el sujeto sea aquí llamado en la singularidad del je” [xi], lo que permite la inscripción de un sujeto de un modo que no sea anónimo. Es por ello que es fundamental que la madre transmita un interés particularizado por el niño y que el padre sostenga una encarnación de la ley en el deseo, es decir que no esté desencarnado, siendo no suficiente el saber de la pedagogía, el imperativo del mercado o la posibilidad que da la ciencia, para transmitir lo irreductible de una familia.
Es a partir de esta inscripción que el niño será ubicado como síntoma de la pareja parental y por lo tanto el representante de una verdad, como fetiche, o falo imaginario que tapona a la madre, o como objeto de rechazo de la madre, dando cuenta cada una de estas tres posiciones, una configuración y funcionamiento que se denomina estructura clínica.

Así, en la época actual la diversificación de los modos de conformar una familia: familia monoparental, homoparental, familia reconstituida, etc., no eliminan lo que estructuralmente la constituye, la transmisión de un deseo no anónimo. Si bien la caída del nombre del padre, ha tenido sus efectos en las configuraciones familiares, produciendo familias más allá de la institución del matrimonio, sostenidas muchas veces por el lazo con un hijo, haciendo de éste último soporte de lazo familiar, lo que no deja de escribirse como resto es la función de transmisión de la familia.

La familia transmite un deseo no anónimo, pero también algo del orden de lo que no marcha, de la no relación sexual entre los sexos, ante lo cual cada sujeto construirá sus ficciones, que Lacan denomina novela familiar. Estas ficciones familiares, tejen sentido ante lo real de la no relación sexual, sin lograr “responder al misterio de quién soy yo, ni a la imposibilidad de ser causa de sí mismo” [xii].  Toni Vicens, dirá que el deseo de la madre, “en su desciframiento tiene un límite: el niño nunca podrá descifrar este código extraño del cual proviene, revelándose entonces por lo que es: un obstáculo para la familia y sus ideales [xiii].

Anna Aromi en su artículo, Qué es una familia?, dirá que para el psicoanálisis la familia es un "tejido que permite que se envuelva un enigma"[xiv]. Tejido de palabras y de silencios que hacen que dicho enigma se transmita de una generación a otra. Pero cuál es el secreto o enigma que la novela familiar permite envolver o cubrir? Anna Aromi dirá que el secreto es que todas las instituciones incluida la familia están creadas para refrenar el goce, humanizarlo. "La familia es el marco temporal durante el cual unos adultos se prestan para que los niños experimenten con el goce en un escenario protegido. Protegido sobretodo de las consecuencias de ese goce"[xv]. Pero el secreto fundamental es que hay un saber que falta, un saber sobre el goce que no está escrito en ningún lugar "La idea del secreto familiar se basa en un goce que ha sido rechazado porque no ha podido ser nombrado, no ha encontrado la palabra para ser dicho"[xvi]. 

Para el psicoanálisis los niños construyen su propia interpretación de los hechos de su historia, ficciones familiares que construyen una verdad para cada sujeto. Sin embargo el asunto no es descifrar estos saberes construidos sobre la trama familiar sino fundamentalmente saber hacer con ellos, Al llegar a un análisis cada sujeto transporta una serie de saberes, de verdades y de mentiras familiares que arrastra como un peso muerto porque no sabe ni cómo utilizarlas ni cómo desprenderse de ellas. Se tratará de poner en juego este saber depositado en la familia y de encontrar su propia manera de hacer con ese saber.

Notas



[i] Lacan, Jacques (). Nota sobre el Niño. Los Otros Escritos.
[ii] Pérez, Juan Fernando (2014). Conferencia “Choco encuentra una Mamá”. Disponible en: http://www.radiolacan.com/es/topic/248/3
[iii] Fryd, Adela (2001). Revista Virtualia. N°2. Disponible en: http://virtualia.eol.org.ar/002/notas/fryd-01.html 
[iv] Laurent, Eric (2008) "El niño como real del delirio familiar". Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13.
[v]  Serniotti, Sabina (2002)"Ficciones familiares en la actualidad, transmisión y distribución de los nombres". Cuaderno de Navegación N° 19. EOL. Disponible en:  http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/019/serniotti.html
[vi]  Serniotti, Sabina (2002)"Ficciones familiares en la actualidad, transmisión y distribución de los nombres". Cuaderno de Navegación N° 19. EOL. Disponible en:  http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/019/serniotti.html
[vii] Laurent, Éric. (1999). “Parejas de hoy y consecuencias para sus hijos”. Carretel 2
viii] Laurent, Éric. (1999). “Parejas de hoy y consecuencias para sus hijos”. Carretel 2
[ix] Miller, Jacques Alain (2012). “El Revés de una Familia”. Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
[x] Miller, Jacques Alain (2012). “El Revés de una Familia”. Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
[xi] Miller, Jacques Alain (2012). “El Revés de una Familia”. Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
[xii] Laurent, Eric (2008) "El niño como real del delirio familiar". Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13
[xiii] Laurent, Eric (2008) "El niño como real del delirio familiar". Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13
[xiv]Aromi Anna (2014) Qu[e es una familia?Disponible en:http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html
[xv]  Ibid.Disponible en:http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html
[xvi] Íbid. Disponible en :http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html




LA FAMILIA CUESTIONADA

Por: Teresita Díaz

El interés de este trabajo de Cartel comienza con una pregunta que hace una adolescente en un hogar de acogida donde se encontraba institucionalizada “¿Por qué su madre tuvo hijos si luego iba a dejarlos y tener como pareja a otra mujer?”. Esto me llevó a interesarme y querer leer cómo Freud y Lacan trabajaron el tema de familia, preguntarme por el lugar de un hijo dentro de la familia. Ante este cuestionamiento, las nuevas familias y los hijos como objeto de ésta, fueron temas que comenzaron a cobrar espacio y ante esto un nuevo interrogante advino, qué es lo que puede decir el psicoanálisis acerca de esto. 

Antes la familia tradicional o burguesa, la familia que aseguraba la transmisión de la cultura como lo planteara Lacan en Complejos familiares, tuvo el papel primordial de una transmisión que estaba enmarcada por el nombre del padre. En esta familia se planteaba
una diferencia entre lo que es del orden biológico y lo que es orden del significante, ya que “los componentes normales de la familia… tanto el padre, la madre y los niños, son los mismos que los de la familia biológica” (1), pero sabemos que no solo basta lo biológico para decir “es una familia”. En esta familia el significante matrimonio le confería tal carácter, o sea que los niños nacían bajo la unión de dos, en muchos casos tanto civil como religiosa y de ahí una familia. En Dos Notas sobre un niño, Lacan irá un poco más allá y nos dirá que “la familia conyugal es lo que se mantiene en la evolución de las sociedades” enfatizando “lo irreductible de una transmisión… de una constitución subjetiva, que implica la relación con un deseo que no sea anónimo” (2). Esto da cuenta que no solo lo biológico hace a una familia, lo que hace a una familia es un deseo, lo que implica una elección, una decisión y una responsabilidad sobre la misma; el poder sostener en las diferentes contingencias que presenta la vida las funciones maternas y paternas. Esto es justamente lo que aporta Lacan al separar las funciones de ambos padres del mero hecho biológico de la filiación, esto solo no nos da el derecho para ser padre o madre. Sobre estas funciones dirá: “las funciones del padre y la madre se juzgan según una tal necesidad la de la madre en tanto sus cuidados están signados por un interés particularizado, así sea por las vías de sus propias carencias. La del padre en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de la ley del deseo.” (3) Aquí nos muestra que la familia es el lugar de sustitución de lo biológico por lo simbólico al definir padre y madre por funciones.

En la actualidad la familia de hoy es mucho más compleja, han proliferado nuevos significantes de cómo nombrarla. En cuanto a sus componentes, pueden ser dos padres o dos madres que formen la pareja parental, dos padres y un vientre alquilado, dos madres y un donante de esperma, las configuraciones se abren a variadas posibilidades. “La familia de hoy abre un nuevo campo de los posibles” (4) va más allá de la diferencia de los sexos y del matrimonio hetero que la garantizaba. Ya sea la familia tradicional, la familia de crianza, las ensambladas, las homoparentales que se suman en nuestra época; sea cual fuere la familia de la que se trate, está para velar lo traumático de la no relación sexual, de la no complementariedad de los sexos, del desencuentro irreductible por ser sujetos del lenguaje. La familia de ayer u hoy es la encargada de velar lo irreductible de una transmisión que se produce por ese encuentro con lo traumático, lo que escucharemos más allá de su querer decir y que manifestarán como se fue tejiendo su propias maneras de amar, desear y gozar. Al respecto Eric Laurent en “El niño como lo real del delirio familiar” nos muestra cómo la ciencia, la religión, la cultura y lo jurídico, revelan el carácter ficcional de los lazos familiares y sociales. Sin embargo de lo que no podrán dar cuenta es del punto de real de lo que es el origen subjetivo de cada deseo del que cada uno proviene, del desencuentro entre los deseos que nos lanzaron a mundo. Este mal encuentro entre los sexos de los padres ya sean homo o hetero, y el deseo del niño, serán siempre - y apelando a esta  bella comparación extraída del surrealista  llamado el conde de Lautréamont – como el encuentro del paraguas y la máquina de coser sobre la mesa de disección… fortuito, fallido. Será esa la pregunta de esta adolescente, ¿Se trata de la extrañeza del goce del que proviene?

En las familias, porque no hay “La Familia”; el niño o niña viene a encarnar el lugar del objeto. Freud se refería a él como su “majestic el baby”, encarnando los deseos y anhelos de papá y mamá. El niño/a llevaba el nombre, la marca de una familia encarnado de manera tal que vivifica y subjetiva su cuerpo, más adelante este niño cobra importancia como un significante que viene a sustituir a otro niño-pene. En el complejo de Edipo se ve como este niño objeto pasa de un objeto a un estatus sujeto. En Lacan “el petit a” tiene su importancia desde un primer tiempo, en el Estadio del espejo vemos como el niño está en una relación de espejo ante otro semejante, necesario y fundante, ante la inmadurez que le es propia. Luego, él mismo será causa de deseo en relación a la madre, aunque sea en el cuidado. Que ella se vuelva parte interesada y cuide a quien toma como su hijo, interés basado en sus propias carencias y donde el padre, también vector de la ley que representa, intervendrá no solo como el que hace obstáculo a la madre y al niño sino que relanza al deseo. En RSI Lacan dirá “Un padre solo tiene derecho al respeto y al amor, solo si el respeto y el amor están pere-versement orientado, es decir, si ha hecho de una mujer objeto ´a´, causa de deseo, le ha dado hijos, y a éstos lo quiera o no, les dé un cuidado paternal”. Se juega no solo quedar obturando una falta de la madre como objeto, sino también de otra posibilidad, que podrá pueda gozar como su padre, de una mujer más adelante.

Tenemos familias en la que el objeto niño la define como tal, es así que podemos encontrar una variedad de familias donde este niño objeto es el que le dará singularidad a la misma y a los sujetos que la conforman, familias en las que el nombre del padre se ha debilitado y los niños pasan a ser el eje que orienta el hacer de los padres.  En la actualidad hay familias en las que el derecho civil, la ciencia, confieren este estatus de familia modificando el valor del niño. Familias donde el niño es tomado y puesto como un objeto relanzado al mercado, en donde podremos encontrar un gran abanico de posibilidades, desde el niño que es usado para venta de órganos, tráfico de drogas o mercado sexual o como objeto de goce dentro de la familia. También el niño que se fecunda después de haber sido elegido en un mercado de esperma que tal vez pueda o no, permanecer en el anonimato. Situaciones donde el capitalismo no deja de estar presente, en donde el niño es el que cree comandar todos los espacios del mercado, miles de gadgets puestos “al servicio del niño” siendo finalmente comandado por los mismos. Lo cierto es que el niño se define por el ascenso al cenit del objeto a. El niño en la época actual no escapa al vapuleo del amo de la época, el niño en la época actual como objeto “a”, enfrenta el paradójico imperativo del goce. Goza! 

El psicoanálisis Lacaniano  apunta a  la posibilidad de que cada familia, cada sujeto que integre la misma sea cual sea o se llame, pueda acudir al recurso de la palabra en donde pueda encontrarse con su propia manera de subjetivar, de nombrar su ser, su modo de sentir, su forma de posicionarse ante el mundo, los otros y la vida. Será esta la apuesta y no quedarnos en lo que fue y que no será más, sino en poder hacer con lo que hay de aquí en más. Eric Laurent orienta nuestro trabajo cotidiano, propone el objeto “a” como brújula en tanto anuda el deseo y goce. Es la orientación desde la que podremos hacer algo distinto y útil más que seguir embrollados en nuestro goce. Una salida viable y vivificante ante el dolor de existir.
                                                                                     
Notas:
1)  Lacan, J., “Los Complejos Familiares”, Otros Escritos Seuil, Paris.
2)  Lacan, J.,” Dos notas sobre el niño”, Otros Escritos Seuil, Paris.
3)  Helene Bonnaud, “Una Familia para Todos”. Disponible en: http://blog.elp.org.es/all/cat15/cronica-una-familia-para-todos/
4)  Eric Laurent., “El niño como real del delirio familiar” noviembre 2008. Disponible en: http://blog.elp.org.es/all/cat15/el_nino_como_real_del_delirio_familiar_e/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PARA SEGUIR LEYENDO...